El
expresionismo alemán surge en la Alemania de principios del s. XX. Tras la Primera Guerra Mundial, Alemania se
encontraba una situación de crisis económica y social derivada del pago de las
reparaciones de guerra. El expresionismo es un reflejo de esta situación de
pesimismo, inestabilidad y pobreza en la que se veía envuelta Alemania durante
la República de Weimar (1918-1933). Se
considera “El gabinete del doctor
Caligari (1919)” de Robert Wiene
como uno de los primeros filmes de este movimiento. Otros cineastas notables
fueron F. W. Murnau, Fritz Lang, G. W.
Pabst. Ernst Lubitsch o, el que nos atañe en esta entrada, Paul Wegener.
La
que nos ocupa es la tercera película que dirigió Wegener sobre el mito judío de
“El Golem”, un gigante de arcilla al que da vida el rabino Judah Loew para proteger el gueto de Praga de ataques antisemitas. Las dos anteriores versiones, la de
1915 y la de 1917, están incompleta y desaparecida respectivamente. En
esta tercera película, Wegener colaboró
con Carl Boese como codirector y
está basada en la novela homónima de Gustav
Meyrink.