Una vuelta…al hombre
lobo
Al
inicio de los años 30 del siglo pasado, a raíz del éxito cosechado por la
adaptación teatral de “Drácula” de Bram Stoker, la Universal Pictures planeó llevar la
obra al cine. Este “Drácula (1931)” protagonizado
por Béla Lugosi (al igual que en el
teatro) supuso un gran éxito para la productora y abrió la veda a adaptaciones
sobre otros “monstruos” de la literatura como “El doctor Frankenstein (1931)” o “El hombre invisible (1933)”.
Ya
en los 40, George Waggner dirigió “El hombre lobo”, una de las películas
de terror que alcanzó mayor relevancia y éxito dentro de una década en la
proliferaron más bien las secuelas (“El
hijo de Drácula (1943)” o “Abbott y
Costello contra los fantasmas (1948)”).
El
argumento es el siguiente. Larry Talbot (Lon
Chaney Jr.) regresa a la casa de su padre tras la muerte de su hermano
mayor. Una noche, junto a Gwen Conliffe (Evelyn
Ankers) y una amiga de esta, Jenny, visitan un campamento de gitanos. Uno
de ellos, Bela (Béla Lugosi), lee la
mano de Jenny viendo en ella un pentámero, la marca del hombre lobo, y le pide
que huya. Poco después Jenny es atacada por un lobo y Larry resulta herido transformándose en un hombre lobo.