domingo, 25 de octubre de 2015

La torre de los siete jorobados (1944)

Una vuelta…por el Madrid subterráneo



“La torre de los siete jorobados” es uno de los escasos exponentes del género fantástico del cine español del siglo XX. Basada en la novela homónima de Emilio Carrere cuenta la historia de un inocente y despistado joven, Basilio Beltrán (Antonio Casal), al que se le aparece el fantasma del arqueólogo Robinsón de Mantua (Félix de Pomés) que murió asesinado. El arqueólogo le hace ganar un dinero en el casino a cambio de que Basilio le ayude en una misión: debe proteger a su sobrina Inés (Isabel de Pomés) de un inminente peligro. Basilio descubre que bajo la ciudad de Madrid se esconde un lugar denominado “La torre de los siete jorobados” donde se refugian un grupo de ellos capitaneados por el doctor Sabatino (Guillermo Marín) que se dedican a actividades delictivas.

Robinsón de Mantua y Basilio Beltrán en una de las escenas de la película 

La película fue dirigida por Edgar Neville y tiene claras influencias del cine expresionista alemán al que pertenecen títulos como “El gabinete del doctor Caligari (1920)” o “Nosferatu (1922)”. Esto se hace patente en la recreación de las ruinas judías en el subsuelo de Madrid –destaca el maravilloso plano de la escalera de caracol- o la caracterización de Robinsón de Mantua y los efectos cuando sale y entra en los espejos. Resulta sorprendente el ingenio con el que diseñaron estas escenas dado los escasos medios con los que contaban en la España de la posguerra.

Escalera de caracol que da acceso a las ruinas

A todo esto hay que sumar el aire castizo y tradicionalmente español y madrileño de algunas escenas. No falta la música de organillo en las escenas en exteriores, el sereno y las tonadillas de “La Bella Medusa” (Manolita Morán) en “El salón moderno”. Destacan también los puntos de humor como el apetito durante la cena de la madre de la cantante, el hilarante “cameo” de Napoleón, las riñas y gritos en la comisaria o los porteros fisgones de la casa de Robinsón en la madrileña Plaza de la Paja.

Los personajes que más me han gustado han sido el protagonista, Beltrán, cuyo temor, superstición y cierto atontamiento resultan de los más cómicos; y el doctor Zacarías (Antonio Riquelme), un arqueólogo tan ensimismado en su trabajo que es totalmente inconsciente de lo que ocurre a su alrededor. El único pero que encuentro a la película es el final pues me resultó algo precipitado.

Definitivamente un film muy recomendable que tiene un poco de todo –terror, fantasía, suspense, comedia-. Resulta sorprendente como una película tan buena y original en el ámbito del cine español sea tan desconocida –hace poco la emitieron en tve y gracias a ello la descubrí- mientras que otras de la misma época y menos interesantes son repetidas hasta el empacho en televisión. 



Vídeo sobre “La torre de los siete jorobados”  y el director Edgar Neville del programa “Días de Cine” de TVE/ www.rtve.es/

Mi valoración (4 sobre 5)

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